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viernes, 25 de noviembre de 2016

Amor odontologico.

Llegó al pueblo, entró en la posada, la dueña exhibió unas grotescas encías en su boca desdentada. Luego se dirigió a la botica, cuya joven dueña le encargó la investigación. Ella lucía una preciosa dentadura pero estaba asustada, muy asustada.

Interrogó al barbero, responsable de tanta mella. Por descontado no tenía ni un diente,  curioso le preguntó su edad. Silencio. 104. ¿cómo? Miró a su alrededor, en un mortero había un polvillo blanco, con un diente entre medias.

      Seguidamente entrevistó al alcalde, al párroco, al médico. Ninguno conservaba apéndices dentículos, pero eran centenarios. Ató cabos.

      Volvió junto a la boticaria, se había prendado de ella irremediablemente y… le hizo una proposición: compartir sus vidas, sin un solo canino, pero por toda la eternidad.

 

Asun©14 de octubre de 2016

8 comentarios:

  1. Coordinado y bello como siempre, Asun, un abrazo

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    1. Hola mi querido amigo, estoy in pico alejada de la escritura. Pero no del todo. Besos

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  2. Como me gusta quedarme sentado escuchando la cancion que suena... Y leerte.Que importan los caninos teniendo tanto por delante. Oye donde es esa localidad para ir....

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    1. Siii, ante ina eternidad de amor qué importa perder algún diente. Un abrazo

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  3. y me tiene atrapado la cancion... perdon

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  4. La vida eterna a buen precio. Un abrazo a ti y un aplauso a tu arte

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